El cáncer de colon es una enfermedad que cada vez está más extendida y en población de menor edad. Según la Organización Mundial de la Salud, es el tercer cáncer más común en todo el mundo y se estima que en 2020 hubo más de 1,9 millones de nuevos casos.
La alimentación desempeña un papel importante tanto en la prevención como en el tratamiento del cáncer de colon.
Al seguir una dieta saludable, se puede reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, con el consabido consejo de una reducción del consumo de carne roja (aunque no es el único, como veremos más adelante).
El papel de la alimentación en cáncer colorrectal
Por otro lado, es más desconocido el papel de la alimentación como mejora de la calidad de vida durante el proceso y, sobre todo, la recuperación después del tratamiento.
Dentro de los factores de riesgo asociados con el cáncer de colon se incluye una dieta rica en carnes procesadas y carne roja, como en general se suele conocer.
Pero también es importante destacar que una ingesta insuficiente de fibra (es decir, una alimentación con poca presencia de frutas y verduras), o una alimentación donde exista consumo de alcohol también son factores de riesgo.
Por otra parte, una cantidad de masa grasa excesiva (sobrepeso u obesidad) también pueden suponer un factor de riesgo.
Por tanto, en población con mayor riesgo y en población general que busque prevenir este problema, se recomienda:
- Consumir una cantidad adecuada de fibra (frutas y verduras)
- Incluir cereales integrales en lugar de cereales refinados
- Limitar el consumo de carne roja a menos de una vez por semana
- Eliminar el consumo de carnes procesadas
- Limitar lo máximo posible el consumo de alcohol (es decir, que la mejor cantidad de alcohol es ninguna).
Qué comer tras un diagnóstico
Si ya has sido diagnosticado o diagnosticada, un asesoramiento nutricional por parte de una dietista-nutricionista se va a basar en proporcionar recomendaciones que busquen que comas mejor.
Este “comer mejor” debe entenderse como tanto una alimentación saludable (fruta, verdura, proteicos de calidad como legumbres, derivados, frutos secos,…) como suficiente (es decir, cuánto de fruta, cuánto de verdura, o cuántas veces al día frutos secos).
El paso de tu patrón alimentario a comer mejor, debe establecerse con objetivos realistas y sostenibles, que contemplen tanto tu situación como el tratamiento a establecer: si tendrás cirugía, radioterapia o quimioterapia.
Unas preguntas que puedes hacerte:
- ¿Incluyes un alimento proteico en comidas y cenas? Carne, pescado, legumbres, derivados de legumbre, conservas de pescado, huevo…
- ¿Incluyes frutas y verduras en cualquier comida? Fruta en tu primera comida, verdura en comidas o cenas, fruta en tomas intermedias,…
- ¿Incluyes en comidas intermedias (meriendas, desayunos) lácteos fermentados o bebidas vegetales? ¿Y frutos secos?
- ¿Tomas la mejor versión de cada alimento? (Fruta entera y no zumo, yogur sin azucarar, verdura entera y no sólo en cremas, evitas la carne procesada, cereales integrales…)
- Y, ¿lo haces en cantidades suficientes? (te quedas con hambre, tu peso no ha fluctuado hasta el diagnóstico o estos últimos meses,…)
Si has respondido a todo que sí, tienes mucho camino andado. Si alguna pregunta no sabes qué responder o la respuesta es negativa, sería algo a cambiar y plantearte un objetivo hacia el “sí” de forma progresiva. ¡Y aquí podemos ayudar!
Tratar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer de colon
Estos tratamientos pueden tener efectos secundarios que afectan la alimentación, como la diarrea, o suponen problemas de absorción o uso de otros nutrientes, que en ocasiones derivan en anemia.
Es importante recibir apoyo nutricional durante y después del tratamiento para ayudar a minimizar estos efectos secundarios y mantener una ingesta adecuada de alimentos, donde a veces será más prioritario acudir a verdura y otras a lácteos, bebidas vegetales o a frutos secos.
Mantener una buena hidratación también es importante.
En conclusión, la dieta y la nutrición son factores importantes en la prevención y el tratamiento del cáncer de colon.
Las recomendaciones dietéticas específicas, junto con el asesoramiento nutricional personalizado, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad pero, sobre todo y si ya has sido diagnosticado o diagnosticada, a mejorar la calidad de vida y la recuperación después del tratamiento.