Acaba de publicarse la opinión científica de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) sobre la ingesta de azúcar libre.
5 países europeos le han pedido a la EFSA marcar un nivel máximo tolerable de ingesta de azúcar en nuestra alimentación. Este nivel es la cantidad de esa sustancia que se podría consumir como mucho sin que presente problemas para la salud. Por ejemplo, si tenemos datos que nos muestran niveles en los que no aparezcan problemas, se podría marcar este nivel como “seguro”.

La conclusión que la EFSA ha extraído a nivel provisional es que la ingesta de azúcar libre debería ser lo más baja posible y no se ha podido establecer ninguna cantidad que sea libre de riesgo. Esto se debe a que la relación del consumo de azúcar y problemas para la salud es lineal. Es importante remarcar que el azúcar no es imprescindible, y que, por lo tanto, no hay una cantidad recomendada del mismo.
A la EFSA no se le ha pedido que se posicione sobre la cantidad de azúcar que se podría recomendar como mucho, pues esto corresponde a las autoridades nacionales. Esto es algo que podría hacer un Ministerio o a nivel internacional la propia FAO, como ya ha pasado anteriormente con el azúcar o con la carne roja.

El panel de expertos de la EFSA lo que hecho es revisar sistemáticamente los 120 estudios que cumplían los requisitos de esta revisión, del total de 25.000 estudios. Con ello ha conseguido encontrar una vinculación entre diferentes problemas de salud y consumo de azúcar, llegando a la conclusión anteriormente expresada: cuanto menos, mejor.
Por supuesto, no todos los alimentos que incluyen azúcar libre son igual de perjudiciales. Podemos ver cómo los refrescos azucarados tienen un impacto mayor a los zumos de frutas o, por ejemplo, a los azúcar añadidos en general.
Los resultados de la revisión podéis verlos en esta infografía que hemos praparado. Se trata de una adaptación de la tabla 2 del documento.