El 30% de los alimentos que se producen acaban desperdiciados, con todo lo que ello implica. Por ello, os damos 6 consejos fáciles y prácticos para reducirlo:
1. Planificar lo que vamos a comer
Planificar nuestra alimentación es la primera herramienta para reducir el desperdicio: si sé que necesito cuatro zanahorias, no compraré seis.
Además, la planificación tiene otra ventaja: nos ayudará a abaratar la cesta de la compra, que siempre viene bien.
2. Incluir lo que tenemos en casa en la lista de la compra
Añadir en la lista de la compra lo que ya tenemos en casa nos ayudará a reducir el gasto y el desperdicio alimentario: si ya tenemos calabacines, aunque haya oferta en el súper, no compraremos más.
3. Comprar a granel
Comprar a granel tiene la ventaja de que nos permite comprar solo lo que necesitamos.
Si necesito tres naranjas, compraré solo tres naranjas,y no una bolsa de cinco kilos que igual no me la como entera (desperdicio) o la acabo convirtiendo en zumo de naranja (menos saludable que la fruta entera).
4. Conservar bien los alimentos
La conservación de los alimentos es fundamental para reducir el desperdicio alimentario y el gasto económico, y asegurar la seguridad alimentaria.
Las tres claves de la conservación:
- Primero en entrar, primero en salir
- Utilizar recipientes herméticos
- Limpiar la nevera
5. La cocina de reaprovechamiento
Podemos reutilizar las partes de los alimentos que no nos comemos normalmente para otras preparaciones.
Utilizar los restos vegetales para hacer sopas y caldos es una manera práctica y fácil de aplicar la cocina de reaprovechamiento.
6. Utilizar más el congelador
La congelación es de gran ayuda para reducir el desperdicio alimentario. Por ejemplo, si nos vamos de viaje, algo se nos va a poner malo pronto, o hemos comprado gran cantidad de algún alimento fresco.
También puede ser buena idea congelar los restos vegetales para caldos y sopas.
Contenido extraído del episodio 45 de Radio Aleris Podcast, con nuestras compañeras Luis Cabañas y Beatriz Cerdán.